Cuando el confinamiento empezó debido a la pandemia en marzo de 2020, de repente miles de personas tenían billetes de avión que estaban obligados a cancelar porque los vuelos se cancelaron de forma repentina.

Cualquier persona que en aquel momento intentase recuperar el dinero recordará lo frustrante que fue aquella situación. La gente esperaba durante horas al teléfono para conseguir hablar con un representante de la aerolínea o un agente bancario para recuperar su dinero.

Las aerolíneas estaban desbordadas porque sus sistemas no estaban preparados para recibir tal cantidad de reclamaciones.

Mientras las reclamaciones legítimas llegaban a las aerolíneas, también lo hacían solicitudes de contracargos fraudulentas. Además de ofrecer el mejor servicio posible a sus clientes, las aerolíneas tenían que encontrar la forma de diferenciar entre las solicitudes legítimas y las fraudulentas. Esta fue una de las principales razones por las que las devoluciones se retrasaron meses en ser gestionadas.

En aquel momento, marzo 2020, cuando los primeros paises iniciaron el confinamiento, muchos negocios (aerolíneas y muchos otros) quedaron expuestos a un específico tipo de fraude llamado fraude de primera persona o autofraude. Los contracargos fraudulentos son solo un ejemplo de este tipo de fraude, aunque hay muchas otras formas de cometer fraude de primera persona o autofraude.

En la región de LATAM el fraude de primera persona o autofraude ya representa un 15% del total en canales web y móviles, aunque esa cifra podría ser aún mayor si siempre se registrase este tipo de fraude de forma correcta, cosa que no siempre ocurre.

Un 38% de los ejecutivos encuestados del informe de LexisNexis 2021 para América Latina sitúa el fraude de primera persona en el top 3 de principales amenazas de fraude a las que se enfrentan las entidades financieras en los próximos dos años.

A continuación, desde Featurespace se realizará un análisis sobre qué es el fraude de primera persona o autofraude, y cómo puedes proteger tu negocio contra este tipo de fraude.

¿Qué es fraude de primera persona o autofraude?

El fraude de primera persona o autofraude ocurre cuando alguien se identifica de forma incorrecta o provee información falsa para aparentar un perfil admisible para un intercambio específico de bienes, servicios o dinero. En muchas ocasiones, la persona que comete este tipo de fraude es parte de una red delictiva.

El espectro de actividades asociadas a fraude de primera persona o autofraude es muy amplio. Puede ir desde una persona engañando sobre su situación actual para obtener algún tipo de subvención o unas mejores condiciones en su hipoteca, hasta una red criminal que solicita préstamos o líneas de crédito que nunca serán devueltas.

¿Cómo ocurre el fraude de primera persona o autofraude?

El fraude de primera persona o autofraude ocurre normalmente de forma deliberada y oportunista. Ya sea cometido por un individuo o una organización criminal, el defraudador aprovecha la oportunidad de falsear cierta información para obtener un beneficio económico.

En algunas ocasiones este tipo de fraude puede ser accidental. Un ejemplo muy común ocurre cuando un menor realiza una compra de forma involuntaria utilizando el dispositivo de los padres, y estos realizan una reclamación cuando encuentran un cargo en su cuenta que no reconocen. Esta reclamación cuesta, en última instancia, dinero al comercio incluso viniendo de una transacción legítima. En ocasiones a este tipo de escenarios se les denomina fraude amigo.

El fraude de primera persona o autofraude se hace más complejo cuando los negocios registran los casos de forma errónea, identificando como pérdida de crédito por deuda incobrable, como puede ocurrir en casos donde el cliente hace frente a un crédito que no puede pagar porque su situación financiera ha empeorado.

Tipos de frade de primera persona o autofraude

El fraude de primera persona o autofraude puede encontrarse en varias formas, a continuación, mostramos las más comunes:

Fraude en contracargo

Esto ocurre cuando un cliente solicita la devolución del cargo realizado en una transacción legítima, un ejemplo sería reclamar una operación realizada por el titular de la tarjeta/cuenta simulando haber sido realizada por un defraudador. Normalmente esta reclamación se realiza a través del banco emisor de la tarjeta en vez de directamente al comercio.

Para comercios, los fraudes en contracargos pueden ser costosos. Más allá del impacto en perdidas de inventario, el negocio defraudado puede incurrir en sanciones por parte de la entidad adquiriente que aumente el coste de gestionar sus transacciones.

Algo similar ocurre con pagos y transferencias cuando un cliente realiza una transacción monetaria y denuncia no haberla realizado para obtener el reembolso de ese dinero.

Fraude latente (sleeper fraud)

Este tipo de fraude también se conoce en inglés como bust-out fraud. El fraude latente ocurre cuando los defraudadores dedican tiempo a realizar una actividad normal, pidiendo pequeños créditos que son pagados a tiempo, para conseguir una línea de crédito cada vez mayor. Cuando han alcanzado el límite de crédito necesario, aprovechan ese crédito y desaparecen dejando la deuda sin pagar.

Solicitud fraudulenta

El fraude de solicitud fraudulenta ocurre cuando alguien aporta datos falsos sobre su persona con el fin de conseguir condiciones más favorables al solicitar una línea de crédito o un préstamo.

En última instancia el defraudador se beneficia de las ventajas provenientes de los datos falsos aportados a la entidad financiera.

Fraude de devolución

El fraude de devolución se da cuando alguien compra un producto con la intención de utilizarlo y pasado un tiempo solicita la devolución de su dinero alegando diferentes motivos y como si el producto no hubiese sido usado.

Reclamaciones por producto no entregado

Esto ocurre cuando un cliente solicita la devolución del importe dedicado a un producto ya recibido alegando que no se ha producido dicha entrega.

Fraude en seguros

Este tipo de fraude, que generalmente afecta a los seguros de autos, se basa en ocultar perfiles de alto riesgo por su historial como co-titulares o con un perfil secundario (segundo conductor en el caso del seguro de auto), para pagar menos y siendo los principales usuarios del seguro en cuestión.

¿Cómo afecta el fraude de primera persona o autofraude al negocio?

El fraude de primera persona o autofraude impacta en el negocio de diversas formas, a continuación, listamos las más relevantes:

Pérdida de inventario

Cuando los defraudadores reclaman el contracargo o la devolución del dinero, es el comercio el que tiene que pagar y por tanto el mayor afectado. El comercio tiene que devolver el dinero, ya sea al cliente defraudador o al banco adquirente, y el comercio pierde el producto involucrado en la operación.

Percepción de riesgo

Los comercios que los delincuentes tienen en el punto de mira para realizar esta actividad fraudulenta son vistos como comercios de alto riesgo por las entidades adquirentes, que en muchos casos toman la decisión de subir las tarifas para mitigar el riesgo asociado a la actividad detectada en el comercio.

Experiencia de usuario

Cuando los comercios no tienen las herramientas adecuadas para detectar y prevenir fraude de primera persona o autofraude, implementan medidas poco efectivas que afectan a clientes legítimos, con las consecuencias reputacionales que esto tiene.

Volviendo al ejemplo inicial donde las aerolíneas trataban de protegerse ante este tipo de fraude, ocasionando afectación a la gran mayoría de sus clientes que solo querían gestionar la reclamación legítima de su compra por los vuelos cancelados y las limitaciones en la movilidad.

Prevención y detección de fraude de primera persona o autofraude

La detección temprana es clave para solucionar el problema de fraude de primera persona o autofraude.

Debido a que este tipo de fraude se esconde detrás del comportamiento de un cliente legítimo, los negocios necesitan herramientas para diferenciar comportamiento legítimo y actividad sospechosa.

Aquí es donde la tecnología de Análisis del comportamiento conductual (Adaptive Behavioral Analytics en inglés) entra en acción.

Esta es la tecnología machine learning desarrollada e implementada en la plataforma ARIC™ Risk Hub de Featurespace. Gracias al análisis del comportamiento de los clientes y a las integraciones con terceros que permite la plataforma, permite aprender del comportamiento habitual y detectar actividad sospechosa o anómala.

Con esta aproximación, ARIC™ Risk Hub de Featurespace es capaz de separar actividad genuina de sospechosa y alertar los casos que por sus características son susceptibles de ser fraudulentos.

Conoce más sobre la protección contra fraude de primera persona o autofraude

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